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sábado, 17 de noviembre de 2012

¡NO A LOS DESAHUCIOS!

Cuando hablamos de riesgo de exclusión en jóvenes, nos referimos a adolescentes y niños que viven en una situación conflictiva (en ocasiones múltiple), especialmente en zonas desfavorecidas y /o marginales y que pueden ir desde personas que han abandonado los estudios, hasta hijos de inmigrantes que no han llegado a integrarse en su entorno, jóvenes de familias desestructuradas, huérfanos, abandonados, incluso jóvenes que se prostituyen, consumen drogas o delinquen. Y dicho esto, es por ello por lo que en primer momento quise hablar en la raiz del problema que sería desde la infancia. Pero hoy quiero hacer incapié en un tema, que está muy relacionado, y que se ha vuelto el mayor problema de hoy en día en nuestro país. No sólo tienen riesgo de exclusión social personas que hayan nacido en familias desestructuradas o bien vivan en barrios marginales. En la actualidad nos hemos topado con que todos tenemos la posibilidad de estar dentro de este colectivo. Estoy hablando, como todos sabeis, de los numerosos desahucios que se estan produciendo día tras día. De la noche a la mañana, familias, jóvenes y ancianos se quedan sin hogar, algunos sin saber dónde ir y con la incertidumbre de saber qué será de ellos. Pierden todo, no saben si volverán a recuperarlo o poder tener una vivienda digna y si podrán cuidar de sus hijos.


2 comentarios:

  1. Muy impactante Lorena, lo que dices. De todas las maneras, en temas tan delicados como este que tratabas hace unas semanas, el del desahucio y su consecuente ruptura familiar que hace que los menores de edad sean separados de sus padres biológicos para internar en un centro estatal, siempre ha habido polémica y diversidad de opiniones. Os invito a ver el siguiente vídeo:
    https://www.youtube.com/watch?v=THpn2z8lJNw

    Se trata de la escena final de “El Chico” (The Kid) de Charles Chaplin. En este largometraje de cine mudo el famoso vagabundo encarnado por él mismo encuentra a un niño abandonado decide “adoptarlo” sin trámites legales ni nada parecido, y educarle como hijo suyo… o más bien como su ayudante en sus trampas y correrías. Acaba haciendo de él un pillo, campeón en el arte de la supervivencia. A pesar de la dudosa educación que el vagabundo le ofrece, padre hijo se quieren con locura.
    En un determinado momento de la película, el niño enferma y el médico que le atiende da la voz de alarma a los servicios sociales, los cuales intervienen de inmediato para llevar al pequeño a un orfanato.
    Esta escena, una de las más melodramáticas de la historia del cine me parece a mí, refleja esa lucha desesperada del padre y el hijo por permanecer juntos… ¡No cuento más! ¡Hay que verla!

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    1. Gracias por tu aportación Cristina, la verdad que me has dejado con ganas de ver la película jeje muy interesante y muy acorde con lo hablado en el blog.

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